Clasificacion y tipos de fracturas

Fracturas óseas: clasificación, tipos y relevancia clínica

¿Qué es una Fractura?

Una fractura se define como una ruptura parcial o completa en la continuidad de un hueso, causada por una fuerza excesiva o condiciones médicas subyacentes que debilitan su integridad estructural ósea, provocando una grieta o ruptura. Los huesos son tejidos vivos capaces de auto repararse, pero el proceso de curación a menudo requiere intervención médica para estabilizar la zona afectada. Las fracturas pueden afectar cualquier hueso del cuerpo y varían ampliamente en gravedad, desde fisuras finas hasta fragmentaciones completas. Se clasifican según la naturaleza de la ruptura, el estado de los tejidos circundantes y la causa.

¿Qué causa una Fractura?

Las fracturas se producen principalmente por traumatismos, como caídas, accidentes de vehículo o lesiones deportivas, donde la fuerza supera la resistencia del hueso. Otras causas suelen ser:

  • Sobreuso: El estrés repetitivo, común en atletas, puede provocar fracturas por estrés.
  • Condiciones Médicas: Enfermedades como la osteoporosis, el cáncer óseo o la osteogénesis imperfecta debilitan los huesos, aumentando el riesgo de fracturas patológicas.
  • Factores Relacionados con la Edad: La densidad ósea disminuye con la edad, haciendo que las personas mayores sean más propensas a fracturarse con un traumatismo mínimo.

Clasificación de las fracturas:

1. Según la relación con el medio externo

  • Fractura cerrada: El hueso se rompe, pero la piel queda intacta. Es más segura y suele sanar con yeso en 4-8 semanas.
  • Fractura abierta (expuesta): El hueso queda expuesto al ambiente exterior debido a lesión cutánea, con mayor riesgo de infección y complicaciones.

2. Según la morfología del trazo

  • Transversa: Se parte en línea recta por un golpe directo. Puede necesitar yeso o cirugía si se desplaza.
  • Oblicua: Rompe en diagonal por una fuerza angular. A veces requiere cirugía si está inestable.
  • Espiral: Se tuerce por fuerzas de torsión, común en piernas o brazos, y suele necesitar fijación.
  • Conminuta: Se fragmenta en tres o más pedazos por impactos fuertes, casi siempre requiriendo operación.
  • Segmentaria: Dos rupturas aíslan un trozo de hueso, complicando la alineación.
  • En tallo verde: Incompleta, con curvatura, típica en niños por su flexibilidad ósea; sana bien con inmovilización.
  • Compresión: El hueso colapsa, frecuente en vértebras por osteoporosis; puede necesitar corsé.
  • Impactación: Los fragmentos se encajan, común en hombros o caderas, y a veces se deja así si está estable.
  • Avulsión: Un trozo se desprende por tirón de tendones o ligamentos, necesitando reparación si es grave.
  • Patológica: Asociada a enfermedades óseas previas como metástasis u osteoporosis.
  • Por estrés: Microfisuras por uso repetitivo, como en corredores, que sanan con descanso.
  • Intraarticular: Afecta articulaciones, aumentando el riesgo de artrosis si no se alinea bien; necesita precisión quirúrgica.

Síntomas de las Fracturas:

Los signos comunes de una fractura son:

  • Dolor intenso y repentino en el sitio de la lesión
  • Hinchazón, hematomas o enrojecimiento
  • Dificultad o incapacidad para mover la zona afectada
  • Deformidad visible o un chasquido audible en el momento de la lesión
  • En fracturas abiertas, el hueso puede sobresalir a través de la piel

Estos síntomas requieren una evaluación médica inmediata para prevenir complicaciones como infecciones o una curación deficiente.

Diagnóstico

El diagnóstico suele implicar un examen físico y estudios de imagen. Los métodos diagnósticos estándar son:

  • Rayos X: La herramienta principal para confirmar fracturas y evaluar desplazamientos.
  • Resonancias Magnéticas o Tomografías Computarizadas: Utilizadas para obtener vistas detalladas de tejidos blandos y fracturas complejas.
  • Gammagrafías Óseas: Útiles para detectar fracturas por estrés no visibles en rayos X.

Opciones de Tratamiento

El objetivo principal es realinear el hueso, estabilizarlo durante la curación y recuperar su función. Dependiendo de la gravedad, las opciones incluyen:

  • Inmovilización : Se utilizan yesos, férulas o corsés para mantener fracturas estables en su lugar, generalmente por 4 a 8 semanas, según la ubicación y tipo de hueso.
  • Reducción Cerrada : Alineación manual del hueso sin cirugía, realizada bajo anestesia, ideal para fracturas simples con desplazamiento leve.
  • Reducción Abierta y Fijación Interna (RAFI) : Procedimiento quirúrgico que emplea placas, tornillos o clavos para estabilizar fracturas graves o desplazadas, asegurando una correcta unión.
  • Tracción (opcional): Realineación gradual con pesos y poleas, usada en casos específicos como fracturas de fémur en niños, aunque menos común hoy.
  • Rehabilitación : Terapia física post-tratamiento para recuperar fuerza y ​​movilidad, esencial tras la inmovilización o cirugía, con ejercicios guiados por un fisioterapeuta.

Prevención

Las medidas preventivas abarcan adoptar una dieta rica en calcio y vitamina D para fortalecer los huesos, incorporar ejercicios regulares de soporte de peso como caminar o entrenamiento de fuerza, realizar medidas de tamizaje y tratamiento de la osteoporosis especialmente en poblaciones en riesgo, y aplicar medidas de seguridad para reducir el riesgo de caídas, incluyendo modificaciones en el hogar adaptadas a las necesidades de las personas mayores.

Conclusión

Las fracturas son una condición médica común pero seria que requiere atención inmediata. Comprender los tipos y los tratamientos adecuados puede mejorar significativamente los resultados. Si sospechas una fractura, busca atención médica de inmediato para un diagnóstico preciso y un plan de manejo personalizado.

Fuentes:

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